lunes, 31 de marzo de 2014

La habilidad de pensar.

Existe otra razón por la que pensar de forma filosófica puede ser un buen ejercicio. La actividad de filosofar puede ayudar a adoptar una importante habilidad para pensar, una habilidad que todos necesitamos para descubrir la verdad. Suele ser una habilidad transferible que nunca caduca. La capacidad de descubrir un error de lógica, eliminar la paja, ser relevante y establecer una afirmación de forma clara y precisa, etc., son habilidades que siempre vienen bien, hagas lo que hagas en la vida. Es evidente que son los profesionales quienes más la emplean, por eso en muchas empresas dan mucha importancia a una titulación en filosofía.
Las habilidades críticas que desarrolla la filosofía son practicas también en otros sentidos. Ayudan a inmunizarnos contra las artimañas de los politicos, los curanderos, los vendedores de coche de segunda mano, los que niegan el holocausto, los gurús de moda y otros engañabobos. Existen ciertos errores básicos que tendemos a cometer cuando sopesamos probabilidades y estraemos conclusiones, e inclusos una pequeña explosión al pensamiento filosófico y critico puede contribuir a hacernos menos vulnerables.
De hecho, existen cada vez más pruebas de que los debates filosóficos en el colegio tienen beneficios educativos sobre los niños, ya que no solo aumentan su inteligencia intelectual, sino también su inteligencia social y emocional. Parece que incluso una pequeña exposición a la filosofía en edades tempranas puede mejorar profundamente la vida.

viernes, 28 de marzo de 2014

Distintas aproximaciones.

Aunque la mayoría de los filósofos remarcan la importancia de la razón, difieren enormemente en su aproximación hacia las cuestiones filosóficas. El método más evidente de aplicar la razón a una cuestión filosófica es intentar encontrar su respuesta, como cuando se intenta encontrar la solución de una adivinanza. Aunque no se pueda decidir qué  respuesta es la correcta, quizá se pueda demostrar que cierta respuesta no es, o probablemente que no sea, correcta (igual que Sherlock Holmes cuando todavía no sabe quién a cometido el crimen, pero puede afirmar que el mayordomo no ha sido). Esta aproximación frontal a las cuestiones filosóficas es muy común, pero existen otras alternativas.
Una aproximación más radical consiste en intentar demostrar que la pregunta es una pregunta equivocada. Por ejemplo, a la pregunta "¿por qué existen las cosas y no la nada?", podemos buscar una respuesta o podemos demostrar que, aunque parezca que la pregunta tiene sentido, en realidad no lo tiene. Cuando normalmente consideramos una situación en la que no hay nada, queremos decir que no hay nada allí, es decir, un espacio que esta vació, como cuando decimos "en esta caja no hay nada". Pero el otro tipo de nada es mucho más radical, ya que implica la ausencia del tiempo y el espacio. Pero, ¿esta noción de la nada absoluta tiene sentido? Varios filósofos afirman que no, y si la noción de la nada absoluta no tiene sentido, la pregunta tampoco, en cuyo caso, no necesita respuesta.
Cuando nos enfrentamos a un problema en apariencia insoluble, vale la pena considerar este tipo de aproximación alternativa.

jueves, 27 de marzo de 2014

El papel de la ciencia.

En la anterior entrada hablábamos sobre la ciencia y como esta se desvinculaba de la filosofía; pero eso no quiere decir que la ciencia o las pruebas empíricas no puedan resolver cuestiones filosóficas. En algunos casos la ciencia, y sin duda nuestros sentidos, pueden ser muy útiles. En el caso de la discusión sobre la existencia de Dios, algunas personas creen que la ciencia moderna ha descubierto pruebas de un diseñador inteligente, mientras que otras creen que el sufrimiento del mundo es una prueba abrumadora de que no existe un dios todopoderoso y omnipotente. En ambos casos la observación del mundo revela una pruebas que pueden cambiar enormemente la balanza de las probabilidades a favor y en contra de Dios, incluso aunque esas pruebas no puedan afirmar de forma concluyente si existe Dios o no (aunque quizá si puedan). La investigación y las pruebas empíricas no son relevantes cuando se trata de creer en Dios, a pesar de que la existencia de Dios siga siendo una cuestión filosófica.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Filosofía y ciencia.

Los físicos de partículas intentan
identificar las partículas fundamentales
que componen el universo, pero
no pueden decirnos por qué existen
esas partículas, ya que no es posible
explicar esa pregunta mediante la
experimentación.
La filosofía plantea cuestiones, que en muchos casos, parecen ir más allá del punto en el que la ciencia da respuestas. Por ejemplo: ¿por qué existen las cosas? ¿Cómo puedo saber que no estoy atrapado en una realidad virtual? ¿Tenemos un alma inmortal? ¿Qué hace que las cosas sean buenas o malas? ¿El ser humano posee libre albedrío?
Una de las razones por las que la ciencia no puede, en muchos casos, ofrecer respuestas a estas preguntas es que las presupone. Por ejemplo, ¿cómo puedo saber que no estoy atrapado en un mundo de fantasía? Si has visto Matrix, te será familiar la idea de que el mundo en el que parecemos vivir podría no ser real, quizá una realidad creada por un ordenador al que nos conectan desde el momento en que nacemos, un engaño sobre nuestro sistema nercioso alimentado por una máquina central. Como la ciencia empírica solo presupone que nuestros cinco sentidos nos dan acceso a la realidad, no puede esclarecer si somos víctimas de una ilusión tan elaborada.
Otro ejemplo: ¿por qué existen las cosas? Los científicos explican la existencia del universo mediante un big bang que tuvo lugar hace unos trece mil millones y medo de años. Pero, ¿esta explicación científica consigue eliminar nuestra sensación de que es un misterio? ¿Explica eso por qué existen las cosas? No. Ahora podemos preguntar por qué hubo un bang. El misterio de por qué existen las cosas no se ha resuelto, solo se ha pospuesto. Aunque la ciencia tiene un gran interés en descubrir el erigen del universo, parece que el misterio fundamental de la existencia de las cosas va más allá del punto en el que la ciencia puede proporcionarnos respuestas.
Otra razón por la que la ciencia es incapaz de responder a estas preguntas es que suele tratar, al menos en parte, sobre significados y conceptos. Si queremos responder a la pregunta "¿el ser humano posee libre albedrío?", debemos tener claro que significa "libre albedrío", lo que implica ese concepto. Incluso cuando aparecen todos los hechos científicos, ese enigma persistirá si no sabemos lo que significa el libre albedrío. La aclaración de significados y conceptos es una de las principales labores del filósofo.

martes, 25 de marzo de 2014

Razonamiento Filosófico

Hay que remarcar que el tipo de razonamiento de los filósofos no es especial o poco común, sino que la mayor parte es el razonamiento normal y corriente que aplicamos cuando intentamos averiguar lo que le pasa a nuestro coche, si alguien nos está diciendo la verdad o cómo llegar de A a B por el camino más corto. Como digo, sería un error presuponer que la razón es capaz de responder a todas nuestra preguntas más importantes. Sin embargo, sin duda tiene el poder de iluminar al menos algunas de ellas, e incluso cuando no puede proporcionar respuestas definitivas, a menudo puede revelar por qué ciertas respuestas no son suficientes. Esa es una de las razones por las que pensar de forma filosófica puede ser un ejercicio valioso, aunque no se encuentre ninguna solución.

lunes, 24 de marzo de 2014

Immanuel Kant

1724-1804

Vida y Obra.

Kant vivio toda la vida en su ciudad natal, Königsberg, entonces capital de Prusia, y sus viajes nunca duraron mas de un día. Ingresó en la Universidad de Königsberg en 1740, donde estudió principalmente a Leibniz. Tras licenciarse, trabajo como profesor privado, en 1755 optubo una cátedra en la universidad, donde enseño varias asignaturas, como fisica, antropologia y geografía, así como filosofía. A los cuarenta y cinco años fue nombrado catedratico de lógica y metafísica.

Ideas Básicas.

El primer problema que planteó Kant fue descubrir cómo realizar descubrimientos positivos sobre lo que subyace a la experiencia humana. Le impulsó la insistencia escéptica de Hume de que el conocimiento sustancial sobre el mundo requiere una experiencia sensorial, que es imposible extender nuestro conocimiento de la existencia de sustancias materiales, de la causa y el efecto y del yo serían imposibles.
Para superar esa dificultad, Kant intenta demostrar que podemos descubrir verdades significativas sobre la realidad a priori (o mediante la razón pura, que ya hablare de ella más adelante) examinando las condiciones de la posibilidad de nuestra experiencia. En vez de plantear la cuestion tradicional de si nuestro conocimiento refleja de forma precisa la realidad, Kant se pregunta cómo refleja la realidad nuestro conocimiento. Afirma que lo que conocemos está predeterminado por la naturaleza de nuestro sistema sensorial y cognitivo. En otras palabras, aunque el conocimiento humano empieza en la experiencia, requiere que la mente humana lo ordene, y si es posible, mediante la razón, describa la estructura que la experiencia debe tener y así descubrir verdades universales sobre nuestro mundo.
¿Qué es esa estructura? Kant señalaba que nuestra experiencia del mundo es espacio temporal, el espacio y el tiempo son la condiciones a priori de la experiencia sensorial, y la estructura necesaria impuesta por nosotros sobre la experiencia. Kant también intenta determinar las categorías generales de pensamiento que nos permiten organizar el material sensorial: la sustancia, lo que está hecho de materia, y la causa y efecto, los sucesos relacionados como leyes, condiciones necesarias para la posibilidad del conocimiento.
Al igual que el espacio y el tiempo, son características del mundo como aparecen en la mente, no como son en si mismas. De esta forma, Kant vence el escepticismo de Hume al demostrar que podemos adquirir conocimiento del mundo tal como nos parece a nosotros. Sin embargo, esto no significa que no podemos tener conocimiento del mundo más allá de las apariencias. El mundo real, lo que Kant llama noúmeno, tal vez no sea espacio temporal, ni contenga sustancias, ni obedezca leyes de causa y efecto. De hecho, no podemos decir nada definitivo sobre él, y como solo podemos aplicar la razón al universo tal como nos parece, a sus fenómenos, no podemos emplearlo para discutir sobre el  universo como un todo o sobre lo que subyace a él. Esto llevó a Kant a proscribir muchas de las especulaciones metafísicas: la existencia de Dios, el origen del universo y si está limitado por el espacio y el tiempo o la inmortalidad del alma, ya que dichos temas no se pueden resolver apelando a la experiencia real.

Ética.

Si la ciencia trata sobre el mundo aparente que obedece a leyes causales, ¿qué hay de los seres humanos? ¿Nuestros actos están determinados por las leyes de la física? Kant creía que, a partir de la experiencia, era evidente que somos libres, por lo que debemos de ser algo más que seres fenomenales. Nuestro yo noumenal es la fuente del libre albedrío y lo que permite los actos morales. Para Kant, solo se puede decir que son libres los agentes que deliberan racionalmente sobre sus decisiones. No podemos esperar que nuestros deberes nos sean otorgados por una autoridad superior o impuestos por nuestras emociones, sino que debemos descubrirlos por nosotros mismos mediante el uso autónomo de nuestra razón. Solo esta es universal y puede crear exigencias universales a nuestra conducta. Por tanto, lo que hace que un acto sea moral es que esté motivado por una aceptación moral de deber, no por otros motivos como el interés propio o la culpa, ni siquiera la compasión. Un deber moral es una exigencia  incondicional o categórica sobre nuestra conducta. No nos exige que hagamos algo por lo que podamos ganar, sino que deberíamos hacerlo solo porque tenemos ese deber. Kant contrasta estos imperativos categóricos, que son genuinamente morales, con imperativos hipotéticos, que no lo son. Los hipotéticos requiere que hagamos algo para alcanzar una meta. Para Kant, solo un imperativo que verdaderamente tenga una aplicación universal (y eso implica todas las circunstancias equivalentes) puede ser moral.
Nuestro deber debe ser siempre actuar de la forma en que querríamos que los demás actuaran también. Para Kant, esto equivale a decir que siempre deberíamos tratar a los demás como fines en sí mismos y nunca como medio para nuestros fines, es decir, que deberíamos respetar las metas de los demás en vez de utilizarnos para lograr nuestros propios fines.
"La metafísica es un oscuro océano sin orillas ni faros, repleto de muchos naufragios filosóficos" Atribuido a Immanuel Kant.

Filosofía y religión.

Muchas de las preguntas planteadas por la filosofía las plantea tambien la religión. Las religiones, por lo general, intentan proporcionar respuestas a la pregunta de por qué existe el universo y todo lo que nos rodea. Algunas suponen que Dios lo creó todo. Muchas plantean preguntas sobre si poseemos algún tipo de esencia no fisica o alma y qué hace que las cosas estén bien o mal. De hecho, muchos de los pensadores religiosos más importantes han sido filósofos y algunos de los filósofos mas importantes han sido teólogos.
Si se tiene en cuenta esta separación entre la filosofía y la religión sobre las cuestiones que plantean, ¿en qué se diferencian? Una de sus diferencias es el énfasis que ponen en el papel de la razón. Evidentemente, hay que reconocer que la razon tiene sus límites, no es capaz de resolver todos los enigmas filosóficos. La filosofía solo nos anima a aplicar nuestra razón tanto y tan lejos como podamos. La religión también anima a aplicar la razón, pero nromalmente también insiste en la importancia de otros caminos hacia la verdad, como la revelación y las escrituras. Algunas van más allá y desaconsejan la aplicación de la razón en ciertas cuestiones. Cuando ese es el caso, la filosofía y la religión se separan. En la tradición filosófica occidental, lo importante es someter las afirmaciones a un escrutinio crítico e intentar justificar nuestra postura de forma racional, intentar proporcionar al menos una base sólida para suponer que son ciertas.

sábado, 22 de marzo de 2014

Preguntas fundamentales

Como todos sabemos, los niños suelen preguntar "¿por qué?" sin parar, y no tardan en escarbar en algunas de nuestras creencias más fundamentales. Los filósofos tienen esta misma tendencia infantil a cuestionar lo fundamental, a hacer las preguntas básicas que, en nuestra vida diaria, no se nos ocurren porque pertenecen a lo que normalemente damos por sentado.
El sueño de la razón produce monstruos capta el espíritu de la Ilustración y su énfasis sobre el papel de la razón para disparar el miedo, la incertidumbre y las supersticuiones.

Aunque pensar de forma filosófica puede ser estimulante, también puede ser perturbador. Cuando empezamos a pensar así, lo hacemos sin red de seguridad. El suelo firme bajo nuestros pies puede desaparecer rápidamente y dejarnos sobre el vacío. Esta sensación de vértigo intelectual es algo común en la filosofía. No es de extrañar que muchos prefiramos no pensar en esos temas o considerar muchas cuestiones, sino que prefiramos quedarnos donde nos sentimos seguros.
Pero vale la pena correr el riesgo. Cuestionarse lo fundamental puede ser muy fructífero. Algunos de los descubrimientos científicos más importantes han surgido cuando los científicos se han planteado esas cuestiones. Einstein señalaba que una de sus grandes inspiraciones le llegó tras leer al filósofo del siglo XVIII David Hume (que ya hablaremos de el más adelante), que hizo cuestionarse lo que los demás presuponían que era cierto.
No solo los científicos se pueden beneficiar de cuestionar lo fundamental. Algunas de las ideas políticas y morales más importantes han sido desarrolladas por personas que deseaban cuestionar y en algunos casos rechazar, lo que casi todo el mundo presuponía como cierto. No hace demasiado tiempo, se consideraba obvio en la mayoría de occidente que la esclavitud era algo moralmente aceptable y que el lugar de la mujer estaba en casa. El progreso moral y político de estos temas lo iniciaron los que dieron  un paso adelante y se cuastionaron lo que los demás daban por sentado. La civilizción occidental le debe mucho a aquellos preparados para pensar y cuestionar lo que los demás daban por hecho.

viernes, 21 de marzo de 2014

Todos tenemos creencias filosóficas.

Las cuastiónes filosóficas incluyen algunas de las preguntas más emociónantes, desconcertantes e importantes que jamás se han plateado. Desafían nuestras creencias más fundamentales. En las proximas entradas trataremos: ¿Qué son las preguntas filosóficas y cómo intentan responderalas los filósofos?

Todos tenemos creencias filosóficas.

A veces la filosofía se describe como una disciplina banal que no tiene relevancia en la vida diaria; pero lo cierto es que la filosofía puede ser muy relevante, y muy amenudo lo es.
Aunque no nos demos cuenta, todos tenemos creencias filosóficas. Por ejemplo, seguro que tú, como yo, que el pasado es una guía fiable del futúro; pues eso es una creencia filosófica. Es posible que creas que Dios existe, o que no, y eso también son creencias filosóficas. Algunos creen que poseemos un alma inmortal, mientras que otros creen que solo somos seres materiales. Muchos creen que las cosas son morales o inmorales, independientemente de lo que supongamos, mientras que otros afirman que el bien y el mal son subjetivos. Creemos que el mundo que nos rodea es real y que sigue existiendo aunque no lo estemos observando, y eso también son creencias filosóficas, ambas muy examinadas por los filosofos.
Es evidente que estas creencias pueden tener un imacto significativo sobre nuestra vida diaria. Es posible que quien crea que la moralidad es algo subjetivo no se comporte igual que alguien que cree que la maldad de robar o matar es algo objetivo. También aparecen aspectos filosóficos en muchos debates morales y políticos contemporáneos: el aborto, los derechos de los animales, la guerra o la libertad de expresión son temas con una importante dimensión filosófica.
Por tanto, quien nunca haya pensado en estos temas o no esté preparado para hacerlo, tendrá graves problemas para decidir qué es, o probablemente es, verdad.

Pensar de forma filosófica.

Pensar de forma filosófica es una aventura, un viaje a los limites del pensamiento y la comprensión. Las preguntas y los temas filosóficos fascinan a muchos; pero no siempre se sabe por dónde empezar. Este blog pretende proporcionar una guia precisa y clara a quienes empiezan a interesarse por la filosofía.
Este blog esta dirigido para el aficiónado a la filosofía; aunque también puede ser util para los estudiantes que empiezan a estudiarla. En estas entradas descubrirás algunos de los pensamientos más extraordinarios, desconcertantes, inspiradores y en algunos casos, realmente peculiares, albergados por la humanidad. Muchas de las cuestiones planteadas en la época clásica por Platón, uno de los mayores filósofos de todos los tiempos, se siguen discutiendo.
Hay que remarcar que este blog solo es una muestra, no intentaremos abarcarlo todo. Será una selección cuidadosa de cuestiones, pensamientos e ideas. Aunque incluyen las principales teorías filosoficas occidentales.
 Cuando empezamos a pensar de forma filosófica, nos distanciamos un poco y nos empezamos a cuastionar incluso las cosas que normalmente damos por sentadas, por ejemplo, si en realidad existe algo.