viernes, 11 de abril de 2014

Resumen para ser persona. (I)

La gran obra de nuestra vida es nuestra propia estatua. La vida de la persona es llamada a realizar un sentido y nuestra responsabilidad es responder ante ello.
La vida de la persona es la realización de este sentido que va descubriendo y que está más allá de sí.
Toda persona se percibe a sí misma como siendo un alguien y no una cosa o un mero individuo más. Y somos alguien en la medida en que actuamos con alguien en la realización de la obra que somos, por lo tanto, nuestra misión repercute en las demás. Somos energia, somos actividad. Somos el conjunto de capacidades que nos definen.
Así por lo tanto estas cualidades que nos definen son: linguisticas y comunicativas, intelectuales, capacidades afectivas, capacidades de relación, capacidades de acción, capacidades artisticas, capacidad de organizar, capacidades fisicas y psicomotoras y un largo etcétera.
El resultado final depende de lo que uno hace con lo que ha recibido y no tanto de lo que ha recibido.
También somos finitud, limitación. Nuestras fuerzas y capacidades son limitadas. Nuestro tiempo es limitado. Somos homo sapiens y como homo faber (el hombre que hace o fabrica) pero también homo patiens: hombres sufirentes. El reto es realizarnos en el sufrimiento, siempre podemos aprender de él.
El gran reto que se me presenta como persona es "atrévete a esculpir tu propia estatua".

Vía| Para ser persona de Xosé Manuel Dominguez Prieto.

jueves, 3 de abril de 2014

El mundo de las sombras y las formas

Un reino de sombras.

Platón creía que el mundo que vemos a nuestro alrededor es una ilusión. La verdadera realidad está oculta y es inaccesible para nuestros sentidos. Pero, ¿cómo es la realidad? Según Platón, contiene entidades abstractas conocidas como formas. Supongamos que observamos varias cosas hermosas: una puesta de sol, una flor, un cuadro, etc. Todas se diferencian en que muchas cosas evidentes, pero aun así, tienen algo en comun: todas son hermosas. Según Platón, eso que tienen en común es una entidad: la forma de la belleza. De forma similar, Platón supone que existe la forma del caballo, la de la montaña, la de la casa etc. Sin embargo, Platón creía que las formas se diferencian de las cosas de forma importante.

Definición del las formas.

Platón argumenta que toda forma es perfecta, que ejemplifica perfectamente la propiedad en cuestión. Ninguna cosa es siempre perfectamente hermosa, siempre puede ser un poco más hermosa de lo que es. Por otro lado, la forma de la belleza, la belleza en sí ,os,a, es perfectamente hermosa.
La belleza no es eterna, una flor termina marchi-
tando. Para Platón, la forma de la belleza es
eterna, inmutable y perfecta.
Platón también argumenta que las formas son eternas. Las cosas bellas vienen y van; una flor hermosa florece, pero enseguida se marchita y muere. En cambio, la belleza en sí misma ni existe ni deja de existir.
En tercer lugar, las formas son inmutables. Por supuesto, nuestra opinión sobre lo que es hermoso cambia con el tiempo; la moda cambia, pero según Platón, la forma de la belleza en sí no cambia.
En ultimo lugar, las formas son más reales que las cosas a las que caracterizan, que son solo sombras efímeras o reflejos de las formas, que son las que realmente existen.

Las formas y el conocimiento.

Platón también afirma que todos poseemos un alma inmortal que adquirimos con las formas (por supuesto, es una experiencia que hemos olvidado) y que regresa al reino de estas cuando morimos. Además, sugiere que todo el conocimiento genuino es conocimiento de las formas, y para demostrarlo presenta el siguiente argumento: por ejemplo, antes se creía que la Tierra era plana, pero ahora no. El conocimiento genuino no puede cambiar así; si resulta que algo no es conocimiento, es que nunca lo fue. Lo que una vez fue conocimiento no puede dejar de serlo más tarde. Pero, según Platón, si el conocimiento no puede cambiar, el conocimiento en sí debe de formar parte de lo que no puede cambiar. Como lo único que no cambia son las formas, el único conocimiento verdadero debe ser el de las formas.
Nuestros sentidos no pueden proporcionarnos ese conocimiento, ya que solo revelan una sombra cambiante del mundo. Por eso Platón cree que solo a través de la reflexión metafísica se puede alcanzar un conocimiento verdadero, el de las eternas, inmutables y perfectas formas.

miércoles, 2 de abril de 2014

Platón

Vida y Obra.

427-347 a.C.
Platón, nacido en una familia noble ateniense, estaba emparentado con los gobernantes del periodo de los treinta tiranos (404-403 a.C.), y aunque eso no le hizo rechazar la democracia ateniense sí lo hizo el juicio y la ejecución de su maestro, Sócrates, en el año 399 a.C. Platón, que entonces tenía treinta años, se fue de Atenas y viajo seguramente a Egipto y más tarde a Sicilia, donde probablemente que descubriera la filosofía pitagórica. Cuando regresó a Atenas, en el año 387 a.C., fundo la Academia, que se basaba en el principio de que los alumnos debían aprender a criticar y pensar por sí mismos en vez de aceptar las opiniones de sus maestros. Se la suele considerar la primera universidad. Muchos de los intelectuales más importantes del mundo clásico asistieron a la Academia, incluido Aristóteles. Platón volvió a Sicilia para ser el tutor del príncipe Dioniso con la esperanza de crear un gobernante filósofo, pero no tuvo mucho éxito.

Ideas Básicas

Platón observó que las afirmaciones sobre las cosas físicas nunca pueden realizarse sin calificarlas. Por ejemplo, no se puede decir que un objeto es totalmente hermoso o que una persona es completamente valiente. Solo se puede ser hermoso o valiente en algún aspecto y en algún grado, y por eso no se puede cumplir el ideal de belleza o el del coraje. Pero si no se puede decir que ninguna cosa del mundo es hermosa, ¿cómo se llega a la idea de la belleza? ¿Y qué es lo que todos los actos valientes tienen en común? Platón responde a ambas cuestiones proponiendo la existencia real de la idea o forma de la belleza, el valor y otros términos generales. La forma es el universal al que dichos términos se refieren. Por ejemplo, lo que hace que una manzana sea miembro de una clase concreta de cosa (las manzanas) es que se parece o se caracteriza por la forma eterna de la manzana. Las cosas particulares del mundo físico que se caracterizan por la forma, como todas las cosas hermosas, son imitaciones o aproximaciones al ideal. Esta forma no se puede observar con los sentidos, sino que es nuestra capacidad de comprender este paradigma a través de una especie de visión intelectual lo que nos permite reconocer las cosas particulares de los sentidos por lo que son. Esto, en esencia, es la teoría de las formas, por la que Platón es recordado.

Conocimiento.

Platón estaba de acuerdo con Heráclito en que todas las cosas del mundo percibidas por los sentidos siempre se convierten en otras cosas; no importa cuánto duren, todos los hechos sobre la realidad física dejarán de existir algún día. Pero, según Platón, el conocimiento tiene que ser sobre lo que es totalmente, es decir, que realmente no podemos conocer el mundo de los sentidos, por lo que el conocimiento debe ocuparse de las formas o de los objetos que no cambian ni degeneran, que son totalmente lo que son. De esta forma, Platón divide la realidad en dos reinos, el mundo físico de la ascensión al ser y el mundo del ser, lleno de formas eternas y perfectas. La labor del filósofo es llegar a un conocimiento total de las formas que subyacen al mundo cambiante de los sentidos. Según Sócrates, el método para conseguir esto es la dialéctica, una unión cooperativa de las mentes que, mediante el razonamiento crítico, analiza poco a poco los conceptos y se acerca a la verdad. Sin embargo, comprender las formas requiere recelar de la realidad definitiva, que es la forma del bien. Platón consideraba que esta era la meta de toda pregunta, ya que todas las explicaciones deberían realizarse en términos del bien. En otras palabras, antes de poder explicar algo, se debe reconocer en qué sentido es bueno para su propósito.

La inmortalidad del alma.

La dialéctica es esencialmente un método para analizar los conceptos que ya poseemos, aunque de forma muy implícita. Para Platón, normalmente solo tenemos un conocimiento implícito de las formas, y la labor del filósofo es despertar la consciencia de ese conocimiento latente. Así, aprender no es descubrir nada nuevo, sino recordarlo. Platón plantea paralelismos entre este método y el razonamiento a priori de las matemáticas. Por ejemplo, es posible reconocer la verdad de una prueba geométrica porque en realidad no estamos aprendiendo nada nuevo, sino reconociendo algo que conocíamos antes de nacer. Si todo el conocimiento es recuerdo, como afirma Platón, se demuestra que el alma existe antes de nacer, lo que da pie a la posibilidad de que pueda sobrevivir a la muerte del cuerpo.

La utopía de Platón.

La república es el primero de muchos intentos de esbozar una sociedad ideal. Platón rechaza la democracia como sistema de gobierno basándose en que el pueblo no está cualificado para gobernar. Los que podrían llegar a lo más alto en una democracia no son el tipo de personas que queremos que nos gobiernen. Su modelo es un estado en el que los conflictos internos se han abolido y cada ciudadano cumple con el papel que se le ha asignado. Esto comportaría la institución de un régimen de formación y selección para crear un grupo de élite de gobernantes sabios e incorruptibles, los guardianes del estado, a los cuales se podría llamar filósofos, porque serían verdaderos amantes de la sabiduría. Deben adquirir conocimientos sobre el bien para poder gobernar con eficacia, por el bien del estado.

martes, 1 de abril de 2014

La incoherencia del escepticismo.

Una respuesta del escepticismo afirma que este no tiene sentido y que, de hecho, se contradice. Por ejemplo se puede argumentar que el significado de las palabras conocimiento y saber está determinado por cómo empleamos esos términos normalmente. Por lo tanto, una afirmación escéptica como "no sé que estoy leyendo esta entrada" no tiene sentido. Precisamente mediante casos como este aprendemos lo que significa saber.
Sin embargo, parece que esta aproximación al lenguaje cotidiano no refuta el escepticismo. Los escépticos argumentan que incluso en esos casos típicos de conocimiento, nuestra presunción esta injustificada, y afirman que saber que la apariencia es una buena guía de la realidad es una condición  del conocimiento del mundo. Normalmente, asumimos que esa condición se cumple y por eso decimos: "sé que tengo una naranja delante, etc." Entonces el escéptico señala que esa condición no se cumple: por lo que sé, podría estar experimentando una realidad virtual creada para engañarme, en cuyo caso, no tengo ninguna base para suponer que la apariencia es una buena guía de la realidad. Por lo tanto, aunque aprendamos el significado de la palabra saber planteando casos típicos del lenguaje cotidiano, la cuestión de si se puede aplicar correctamente en esos casos sigue abierta.
La Venus de Milo representa quizá la belleza
perfecta. ¿El concepto de imperfección tiene
sentido solo si existe algo perfecto? 
Por otro lado, sin corrección, la idea del error no tiene sentido, al igual que la falsificación de obras o tiene sentido si no existen obras autenticas.
Pero, ¿nuestras nociones de lo que es un error y lo que es la corrección funcionan de la misma manera? ¿O acaso debemos hablar de lo perfecto y lo imperfecto? Es cierto que la idea de imperfección no puede existir sin la de perfección, pero eso significa que para tener la idea de imperfección deba existir algo perfecto. Asimismo, no podemos deducir que sabemos algunas cosas solo porque el escepticismo plantee la posibilidad de que estemos equivocados.

lunes, 31 de marzo de 2014

La habilidad de pensar.

Existe otra razón por la que pensar de forma filosófica puede ser un buen ejercicio. La actividad de filosofar puede ayudar a adoptar una importante habilidad para pensar, una habilidad que todos necesitamos para descubrir la verdad. Suele ser una habilidad transferible que nunca caduca. La capacidad de descubrir un error de lógica, eliminar la paja, ser relevante y establecer una afirmación de forma clara y precisa, etc., son habilidades que siempre vienen bien, hagas lo que hagas en la vida. Es evidente que son los profesionales quienes más la emplean, por eso en muchas empresas dan mucha importancia a una titulación en filosofía.
Las habilidades críticas que desarrolla la filosofía son practicas también en otros sentidos. Ayudan a inmunizarnos contra las artimañas de los politicos, los curanderos, los vendedores de coche de segunda mano, los que niegan el holocausto, los gurús de moda y otros engañabobos. Existen ciertos errores básicos que tendemos a cometer cuando sopesamos probabilidades y estraemos conclusiones, e inclusos una pequeña explosión al pensamiento filosófico y critico puede contribuir a hacernos menos vulnerables.
De hecho, existen cada vez más pruebas de que los debates filosóficos en el colegio tienen beneficios educativos sobre los niños, ya que no solo aumentan su inteligencia intelectual, sino también su inteligencia social y emocional. Parece que incluso una pequeña exposición a la filosofía en edades tempranas puede mejorar profundamente la vida.

viernes, 28 de marzo de 2014

Distintas aproximaciones.

Aunque la mayoría de los filósofos remarcan la importancia de la razón, difieren enormemente en su aproximación hacia las cuestiones filosóficas. El método más evidente de aplicar la razón a una cuestión filosófica es intentar encontrar su respuesta, como cuando se intenta encontrar la solución de una adivinanza. Aunque no se pueda decidir qué  respuesta es la correcta, quizá se pueda demostrar que cierta respuesta no es, o probablemente que no sea, correcta (igual que Sherlock Holmes cuando todavía no sabe quién a cometido el crimen, pero puede afirmar que el mayordomo no ha sido). Esta aproximación frontal a las cuestiones filosóficas es muy común, pero existen otras alternativas.
Una aproximación más radical consiste en intentar demostrar que la pregunta es una pregunta equivocada. Por ejemplo, a la pregunta "¿por qué existen las cosas y no la nada?", podemos buscar una respuesta o podemos demostrar que, aunque parezca que la pregunta tiene sentido, en realidad no lo tiene. Cuando normalmente consideramos una situación en la que no hay nada, queremos decir que no hay nada allí, es decir, un espacio que esta vació, como cuando decimos "en esta caja no hay nada". Pero el otro tipo de nada es mucho más radical, ya que implica la ausencia del tiempo y el espacio. Pero, ¿esta noción de la nada absoluta tiene sentido? Varios filósofos afirman que no, y si la noción de la nada absoluta no tiene sentido, la pregunta tampoco, en cuyo caso, no necesita respuesta.
Cuando nos enfrentamos a un problema en apariencia insoluble, vale la pena considerar este tipo de aproximación alternativa.

jueves, 27 de marzo de 2014

El papel de la ciencia.

En la anterior entrada hablábamos sobre la ciencia y como esta se desvinculaba de la filosofía; pero eso no quiere decir que la ciencia o las pruebas empíricas no puedan resolver cuestiones filosóficas. En algunos casos la ciencia, y sin duda nuestros sentidos, pueden ser muy útiles. En el caso de la discusión sobre la existencia de Dios, algunas personas creen que la ciencia moderna ha descubierto pruebas de un diseñador inteligente, mientras que otras creen que el sufrimiento del mundo es una prueba abrumadora de que no existe un dios todopoderoso y omnipotente. En ambos casos la observación del mundo revela una pruebas que pueden cambiar enormemente la balanza de las probabilidades a favor y en contra de Dios, incluso aunque esas pruebas no puedan afirmar de forma concluyente si existe Dios o no (aunque quizá si puedan). La investigación y las pruebas empíricas no son relevantes cuando se trata de creer en Dios, a pesar de que la existencia de Dios siga siendo una cuestión filosófica.